Quitasueños

MonteriasRiquelme

 
  Fecha: 05-12-2020
  Finca: QUITASUEÑOS
  Provincia: SE
  Organización:   Monterías Riquelme
  Nivel:
  Calidad: pte
   
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Era un secreto a voces que “Quitasueños” estaba hasta la corona de jabalíes. Era el 5 de Diciembre, y la lluvia que había caído durante la última semana no dejaba dormir a Riquelme, lo que no era para menos, pues la abundante lluvia en aquella finca, debido a su orografía, podía empañar el precioso día que a priori íbamos a pasar.

El equipo de Riquelme, con algunas ausencias destacadas como Pelino, Jesús López, o Damián, se desplazaba a esta preciosa finca con aromas taurinos. Una pena no poder disfrutar de un desayuno montero con vistas al tentadero para saborear el poso de la ilusión de tantos y tantos novilleros que bajo la esencia pura del toreo en el campo han visto pasar como el vino madre tantos nuevos caldos, y donde cada uno de esos sueños toreros han dejado capotazos y muletazos que perduran en el tiempo y en el ambiente, y que sin duda hubiesen sido la guinda del pastel y del plantel de la “Loza Montera”.

Allá por las 9:00h de la mañana se iniciaba el paseíllo montero. El crujir de una candela era el pasodoble “Nerva” que la banda tocaba. La suerte estaba en la mesa, y los 10 monteros hacían el paseillo hacia el lugar donde la fortuna les mandó al coger su papeleta tirando de temple al jugar los primeros lances.

Poco después los guerreros saltaban al ruedo y se abrían los portones de las rehalas de Lolo, Campi, Ventura, Longo, Dani, Majua y Bucarito. Ya sonaba el eco de los primeros lances antes de soltar, porque aunque la mancha fuera de jabalíes, la gran densidad de ellos hacía que los monteros ya hubiesen cobrado sus primeros jabalíes de la jornada. 

Las ladras y las detonaciones, junto a las voces de los perreros, era la música que predominaba en está fría y soleada mañana montera.

Cazábamos con 10 puestos de los 16 que originalmente tenía marcado el cazadero, 8 puestos a cupo de 5 jabalíes y 2 con cupo de 2. De todos estos solo había uno de cortadero, puesto en el que sin duda quedará por siempre marcado el nombre de Carlos Hermosilla “El Puntillero”, que con apenas nueve disparos consiguió hacerse con siete cochinos de los cuales cinco eran bocas de categoría. Él, junto a su secretario “Coco”, hicieron al “alimón” una faena de dos orejas y rabo. 

No se quedó por detrás Antonio Leal, que con la astucia de un banderillero en un testerazo junto a su hijo, protagonizaron lances dignos de considerar incluso a 300 metros, que solo la astucia de Rubén del Sol y de “Bolo” pudieron inmortalizar.

Jesus Riquelme desde la mancha no paraba de cantar jabalíes a los puestos, y Antonio estuvo muy fino en el complicado y a la vez precioso puesto, en el que hizo su cupo sin dificultad y donde dejó pasar varios jabalíes. Cobró cinco cochinos de los cuales tres eran bonitos navajeros. 

Mientras tanto, Juanito Campi y Lolo Borrero acudían una y otra vez a los agarres que se sucedían continuamente en el arroyo donde solo las rehalas cogieron al menos 15 cochinos, cuatro de ellos de consideración y uno que posiblemente se meta en metal.

Por la emisora los secretarios informaban de grandes macarenos abatidos por los puestos. Riquelme dijo en el sorteo que la montería sería divertida y que aparecerían algunas bocas, pero ni en sueños se imaginaba la que se estaba liando en “Quitasueños”.

“Nono” en un puesto natural de testero muy, muy sucio, pasaba una mañana de categoría consiguiendo hacerse con tres navajeros, uno de ellos de boca espectacular, que sin duda será metal alto y que no superaba los 50 kilos de peso.

Ramón Velázquez, por su parte, acompañado por su padre, una leyenda viva de la hacía gala de su “Dinastía Montera” y jugaban lances sin parar en un difícil testero de espeso monte, donde lograron hacerse con varios jabalíes, entre ellos dos bonitos navajeros.

Jorge Domenech, muy bien acompañado y asesorado en todo momento por Juan Antonio, una de las “manos derecha” de Riquelme, hacía gala de su experiencia montera, y en un puesto no menos difícil que los anteriores, logró hacer su cupo incluso abatiendo alguno a cuchillo.

Y así, de esta forma, entre los mencionados y a los que le gusta torear solos en el campo y sin la presión pública, se formó un cartel digno de cualquier plaza de primera y entre todos, junto a un director de lidia como Majua, la faena estaba hecha.

Finalizada la montería los arrieros del Vito pasaban a la acción, y mientras tanto en la loza del tentadero ya lucían los siete jabalíes de Carlos Hermosilla con las cinco bocas, lo que no hacía más que presagiar el lío gordo que había formado Riquelme y todos los que habían trabajado de una forma u otra para que el sueño de “Quitasueños” se hiciera realidad. Todos eran más que merecedores de la puerta grande, que no es más que la felicidad de los monteros.

Agradecimiento sin duda de nuevo a la familia Majua por su magnífica labor en la preparación y en el cuidado de la mancha junto a Lolo, Eduardo y todo su equipo, que fue el complemento perfecto para los ya conocidos Juan Antonio, Coco, Guillen, Pedro Ruiz “el torero”, Carlos, Alba, Recadero, Lolo, Leo de Carmona…A todos y a cada uno de los que pusieron el valor y en “valor” una jornada montera para el recuerdo.

Fuente: Monterías Riquelme

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